miércoles, 2 de diciembre de 2009

#6: La sutil melancolía

Siempre me gustó la música, aunque no siempre tuve plata para comprar discos. El primero que tuve fue un regalo: "Dynamo", de Soda Stéreo. Por aquéllos años, volvía caminando de la escuela a casa para ahorrar y comprar CD's. Las transacciones las hacía en una tienda de usados, donde lucían resplandecientes las joyitas que otros decidían descartar. De esa manera llegué a tener "El amor después del amor" de Fito Páez o el soundtrack de "Tango Feroz". No me importaba demasiado que la tapa estuviese rayada o el book algo roto. Esa secuencia se repitió durante mucho tiempo.

Una vez me prestaron "Euforia", también de Páez. Lo grabé en un cassette. Pero nunca lo compré. Y hace unos días, charlando con Francisco, mencionamos ese CD. Por un momento ví el pibe que fui cuando adolescente.

Aún me pregunto si mis ensueños ya se hicieron a la mar.